Nuevos estudios destacan el potencial terapéutico de los cannabinoides, pero faltan ensayos clínicos
Hace casi 50 años se demostró por primera vez que los cannabinoides derivados del cannabis -en concreto, el THC, el CBN y el CBD- mostraban una actividad anticancerígena en ratones. (1) Desde entonces, muchos investigadores han estudiado la capacidad de los cannabinoides endógenos, derivados de plantas y sintéticos para provocar la muerte de las células cancerosas in vitro (fuera de un organismo vivo) e inhibir el crecimiento de tumores en animales.
Sin embargo, debido en gran medida a la prohibición federal del cannabis, las prometedoras investigaciones sobre el efecto anticancerígeno de los cannabinoides -respaldadas por relatos anecdóticos de remisión del cáncer inducida por extractos de aceite de cannabis- aún no se han traducido en ensayos clínicos. Todavía queda mucho trabajo por hacer para establecer que el cannabis y los cannabinoides pueden combatir el cáncer en humanos, incluso como complemento de otras terapias como la quimio y la radiación, y para integrar su uso en los protocolos de tratamiento.
Con 1,9 millones de estadounidenses diagnosticados de cáncer cada año, esta evidente desconexión entre el laboratorio y la clínica es otro preocupante subproducto de la guerra contra las drogas. Si bien es cierto que el cannabis ha sido más aceptado por su capacidad para tratar los síntomas del cáncer y los efectos secundarios de la quimioterapia, hasta que la planta sea desclasificada a nivel federal, es poco probable que se produzcan cambios drásticos en el panorama de la investigación. Mientras tanto, el trabajo preclínico continúa. A continuación, se presentan otros cinco trabajos publicados en las últimas semanas, con resultados generalmente alentadores.
CBD Y CÉLULAS MADRE DE CÁNCER DE PULMÓN
Se ha demostrado que el cannabidiol (CBD) combate varios tipos de células cancerosas, pero su efecto sobre las células madre del cáncer (2) -una pequeña subpoblación de células autorrenovables que impulsan el inicio y la progresión de los tumores- es menos conocido. Un par de investigadores daneses trataron de saber más. En un artículo publicado en la revista Pharmaceuticals (3) en noviembre de 2021, describen un estudio en el que probaron el efecto del CBD en células madre de cáncer de pulmón y células cancerosas difíciles de tratar. "Encontramos que el CBD disminuyó la viabilidad e indujo la muerte celular en ambas poblaciones celulares" de manera dependiente de la dosis, escriben los autores. "Sin embargo, los mecanismos exactos del CBD en las células madre del cáncer aún están por dilucidar y parecen ser dependientes del contexto celular".
El CBD disminuyó la viabilidad e indujo la muerte celular en poblaciones de células de cáncer de pulmón de forma dependiente de la dosis.
CBD COMBINADO CON QUIMIOTERAPIA
Tres investigadores del Ontario Veterinary College de Canadá realizaron un estudio sobre la capacidad del CBD para tratar el carcinoma urotelial canino, la forma más común de cáncer de vejiga canino, tanto solo como en combinación con quimioterapia in vitro. En la práctica veterinaria, el tratamiento sólo con quimioterapia hace que la mayoría de los perros sucumban a la enfermedad en el plazo de un año, escriben los autores. En su estudio, cuyos resultados se publicaron en la revista PLOS One (4), el CBD redujo la viabilidad celular e indujo la muerte de las células uroteliales caninas por sí solo, y funcionó aún mejor cuando se combinó con la quimioterapia. Los autores concluyen que "se necesitan más estudios in vivo y ensayos clínicos para investigar la mejor manera de aplicar los tratamientos combinados de CBD y quimioterapia en un entorno clínico", en un estribillo conocido que podría aplicarse también a los cánceres humanos.
CANNABINOIDES PARA LA NEUROPATÍA INDUCIDA POR LA QUIMIOTERAPIA
La neuropatía periférica es un efecto secundario de los fármacos de quimioterapia que experimentan casi el 70% de los pacientes durante el primer mes de tratamiento. Causada por el daño a los nervios, se manifiesta como debilidad, entumecimiento y dolor en las manos y los pies. Según un grupo de autores de la Clínica Mayo de Minnesota y de Sutter Health de California, en un artículo de noviembre de 2021 sobre terapias integrales contra el cáncer (5), las cremas tópicas que contienen THC y/o CBD podrían ayudar a los pacientes que experimentan esta afección. Su artículo revisa los casos de 26 pacientes con cáncer que probaron los cannabinoides tópicos para tratar la condición, 22 de los cuales informaron que encontraron alivio. Estos datos "proporcionan la justificación para proceder a un ensayo aleatorio controlado con placebo utilizando un producto estandarizado para determinar la eficacia real de dicho tratamiento", escriben los autores.
La administración de un análogo sintético del CBD junto con el fármaco de quimioterapia paclitaxel proporcionó un alivio duradero del dolor neuropático en ratones.
Dos semanas más tarde, otro artículo publicado en la revista Neurotherapeutics (6) indicaba que la administración de un análogo sintético del CBD denominado PECS-101 junto con el fármaco quimioterapéutico paclitaxel proporcionaba un alivio duradero de la alodinia mecánica y del frío (un modelo de dolor neuropático) en ratones. Otros análisis realizados por los investigadores brasileños sugirieron que este efecto estaba mediado por los receptores nucleares PPARy, un objetivo conocido del CBD.
CANNABINOIDES PARA LA CAQUEXIA ASOCIADA AL CÁNCER
En una revisión publicada en el Journal of Cachexia, Sarcopenia, and Muscle (7), un grupo de investigadores del University College de Londres evalúa el potencial de los cannabinoides para tratar la caquexia asociada al cáncer, una enfermedad caracterizada por la pérdida de peso involuntaria y la anorexia. "Estudios anteriores respaldan el uso de cannabinoides para la caquexia en otras enfermedades crónicas, como el VIH y la esclerosis múltiple", escriben los autores, pero faltan datos sobre esta intervención en poblaciones con cáncer. Una búsqueda bibliográfica arrojó diez estudios: cuatro ensayos controlados aleatorios y seis estudios no aleatorios. Los meta-análisis de estos limitados estudios no revelaron ningún beneficio estadísticamente significativo del uso de cannabinoides, pero las observaciones anecdóticas, reportadas por los pacientes en los estudios no aleatorios, indicaron mejoras en el apetito.
INHIBICIÓN DE LAS ENZIMAS QUE DEGRADAN LOS ENDOCANNABINOIDES
Si la investigación preclínica muestra que los cannabinoides pueden suprimir la proliferación de células tumorales, la invasión tumoral y la metástasis (la propagación de los tumores cancerosos a nuevos lugares), y apoyar la muerte y la degradación de las células cancerosas, entonces ¿podrían los enfoques dirigidos a aumentar los niveles de los propios cannabinoides, o endocannabinoides, servir también como terapia contra el cáncer? Esta es la cuestión central que se analiza en un reciente artículo de revisión de la revista Cancers (8). "Además de la activación directa de los receptores cannabinoides mediante la aplicación exógena de los correspondientes agonistas, otra estrategia consiste en activar estos receptores aumentando los niveles de endocannabinoides en los correspondientes focos patológicos", sugieren los autores, con sede en Alemania. Proceden a revisar los hallazgos de estudios anteriores que muestran que la inhibición de las enzimas FAAH y MAGL, que degradan los endocannabinoides similares al THC, la anandamida y el 2-AG, se asocia con una reducción del desarrollo y la propagación de los tumores. La modulación de la actividad enzimática para mejorar el tono endocannabinoide ha sido un tema de interés permanente para una variedad de resultados terapéuticos, pero se ha avanzado poco en términos clínicos.
FUENTES
https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0255591
https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/15347354211061739
https://link.springer.com/article/10.1007/s13311-021-01164-w
Nate Seltenrich, periodista científico independiente afincado en la zona de la bahía de San Francisco, cubre una amplia gama de temas, como la salud medioambiental, la neurociencia y la farmacología.